Kenny Almendares podría convertirse en el primer catracho en jugar oficialmente en la liga.
Honduras está a las puertas de hacer historia en el deporte internacional. El joven Kenny Almendares, originario de Puerto Cortés, ha sido fichado por los San Francisco 49ers como pateador, lo que lo convierte en el primer hondureño en formar parte de un equipo de la NFL.
Almendares destacó durante su etapa universitaria con los Ragin’ Cajuns de Luisiana, y tras una excelente temporada, fue elegido por los 49ers como agente libre tras el reciente Draft de la NFL 2024.
“Los 49ers traerán al ganador del premio Lou Groza, Kenny Almendares, a su próximo minicampamento de novatos para una prueba”, anunció el periodista especializado en NFL, David Lombardi.
Con tan solo 25 años, Almendares se coronó como el mejor pateador universitario de la temporada, al obtener el prestigioso Premio Lou Groza 2024, que se entrega anualmente al pateador más destacado del fútbol americano universitario en los Estados Unidos.
“¡Felicitaciones al exalumno del Senior Specialist Showcase y ganador del premio Lou Groza @kennythekicker, quien se dirige al rookie minicamp con los San Francisco 49ers!”, publicó oficialmente la organización.
Un legado que puede ser histórico
Aunque en la historia ya se registran jugadores con raíces hondureñas en la NFL, como Stephen Van Buren, corredor de las Philadelphia Eagles entre 1944 y 1951, se trataba de un caso distinto. Van Buren era hijo de padres estadounidenses y nunca se identificó con la cultura hondureña, a pesar de haber nacido en Tela, Atlántida.
“Es el mismo caso de Mauricio Dubón. Gerald Young fue el primer nacido, pero sus padres eran estadounidenses. Ni siquiera tienen pasaporte hondureño. En la NFL, Steve Van Buren nació en Honduras, pero no reconoce la cultura del país”, explicó el periodista hondureño Marvin Ávila, uno de los primeros en difundir la historia de Almendares.
Con este fichaje, Kenny Almendares no solo representa una promesa deportiva, sino también un símbolo de orgullo nacional, que podría abrir las puertas a futuras generaciones de atletas catrachos en el deporte profesional internacional.
David Galo