A primera vista, el nuevo Ferrari destaca por el refinamiento de los
pontones, de entrada invertida como los que tuvieron a partir del verano 2024,
pero con unas entradas mínimas superiores y un canal inferior bestial, que es
una de las zonas en las que McLaren encontró mucho progreso el año pasado.
En la vista frontal se aprecia el cambio de la suspensión de ‘push-rod’,
(empujadores) a ‘pul-rod’ (tirantes) que tuvieron años atrás, pero que siempre
ofrece un centro de gravedad más bajos por tener los amortiguadores en la parte
inferior del cono.
Se pueden ver también los cortes o ranuras que bajan desde la entradas
de aire de los radiadores hasta el suelo, unos canales para proporcionar la
refrigeración necesaria a los estrechos y tumbados radiadores que se alojan en
el interior.
Es un invento de la ‘factoría Newey’ en 2024 que parece extenderse para
todos los equipos con aspiraciones. Los tiene Williams y seguramente los tendrá
Aston Martin cuando se vea el domingo, pues el de Londres era un AMR24 con la
nueva decoración.
Llamaba la atención la presencia de los alerones y la tapa del motor con
mucho blanco, para que destaque más la presencia de HP y los 100 millones
anuales que paga por su logo. Hay a quien le disgusta, pero no hay que olvidar
que cuando acaban los test, parecerá tan familiar para los aficionados como los
predecesores. El primero de Alonso en 2010 tenía tanto
blanco o más que éste.