Después de casi cinco años después del devastador incendio de abril de 2019, la catedral de Notre Dame vuelve a estar lista para recibir a sus visitantes. Convertida en símbolo de esperanza y resiliencia, esta obra maestra del patrimonio mundial renace gracias a la movilización internacional y al excepcional trabajo y buen hacer de los artesanos franceses.
La catedral está lista para reabrir sus puertas en pleno corazón de París y dar la bienvenida a sus visitantes, tanto franceses como extranjeros.
Su restauración ha sido posible gracias a un espíritu de generosidad sin precedentes. Los 846 millones de euros recaudados por 340 000 donantes de 150 países han permitido restaurar este monumento declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1991.
La reapertura de la catedral es un gran acontecimiento para todos. Turistas, amantes del arte y la historia, fieles y curiosos podrán por fin redescubrir esta joya. Antes del incendio, Notre Dame recibía hasta 12 millones de visitantes al año, lo que la convertía en el monumento más popular de Francia y uno de los más visitados del mundo.
La restauración de Notre Dame ha sido también una forma de mostrar el buen hacer francés y lograr una auténtica proeza: rehabilitarla en menos de cinco años.
Cientos de artesanos especializados, entre escultores, techadores, ingenieros y constructores de órganos, se han afanado sin descanso para restaurar este edificio gótico del siglo XII. Una tarea colosal que demuestra la excelencia de los oficios artesanos en Francia.