Mientras varios líderes de la región
intentan acercarse al presidente Donald Trump sin llegar más allá de una visita
a su mansión de Mar-a-Lago, Nayib Bukele, el autodenominado “dictador cool” de
El Salvador, logrará este lunes lo que otros presidentes latinoamericanos aún
no han conseguido desde que se inició el segundo mandato de Trump en Estados
Unidos: un “mano a mano” en
la Casa Blanca.
¿Qué es lo que acerca a Bukele y a
Trump? La respuesta más directa sería: las deportaciones. El Salvador ha
abierto su cárcel de máxima seguridad, el Centro de Confinamiento del
Terrorismo (Cecot), para recibir a los inmigrantes deportados de Estados Unidos
que la administración de Trump vincula —sin pruebas ni proceso judicial— al
Tren de Aragua y otras organizaciones criminales.
Pero la cercanía entre los mandatarios
no se limita a este hecho. Trump ha reconocido el liderazgo de Bukele y lo
considera un modelo para otros que buscan trabajar con Estados Unidos. (Tomado
de CCN)