Los hondureños nunca antes, desde que se celebran elecciones en la era democrática, se habían encontrado sumidos en un escenario de confusión provocado por una sospechosa demora en la distribución de las maletas electorales, principalmente en Tegucigalpa y San Pedro Sula.
En muchos centros de votación de ambas ciudades, las maletas electorales llegaron hasta más de 12 horas tarde de la apertura de las Juntas Receptoras de Votos (JRV), que, según la Ley Electoral, debían iniciar la votación a las 7:00 am y concluir a las 5:00 pm.
Los centros más afectados por esta anomalía fueron los del distrito central, ya que algunos incluso estaban recibiendo todavía a las 10 de la noche material electoral. La votación en estos centros se extendió hasta altas horas de la madrugada.